Título:
Los cazadores de nubes y otros relatos
Autores:
Óscar Daniel
Salomón, Calos Manuel Córdoba, Félix J. Palma, Eugenio Sánchez Arrate, Ramón
Muñoz
Edición:
Ed. Equipo
Sirius (2012)
Col. Tau
Polígono
978-84-95495-22-8
Portada:
Emilio Gallego
Valoración: 662
En la pasada edición del Premio
Pablo Rido, por primera vez en su historia, el relato ganador y los finalistas,
que hasta ahora aparecían dispersos en diversas publicaciones, o incluso
quedaban inéditos, han sido reunidos en un solo volumen. Se facilita así que el
lector evalúe el nivel alcanzado por el premio y se impulse el conocimiento de
los autores galardonados.
En ‘Los cazadores de nubes’,
Muñoz vuelve a sus puntos fuertes: futuro cercano, personajes desencantados,
trama leve que apuntala la descripción de una situación vital y enorme madurez
en la descripción de tipos humanos y paisajes hostiles. Destaca quizá la
invención de ese deporte futurista, la caza de nubes, que con sus reglamentos,
federaciones, leyendas y tragedias desprende una ácida visión del mundo del
deporte de competición y del espectáculo.
En ‘Las lágrimas de Lorenzo’,
Palma cruza dos de sus marcas de fábrica: las historias de amor y desamor,
narradas con un punto de amargura y otro de ternura y complicidad, y las
situaciones absurdas llevadas implacablemente a un desenlace coherente.
En ‘Crónica del Niño Sapo de Cascajar
de los Montes’, Eugenio Sánchez cuenta la extraordinaria, patética y
divertidísima historia del descubrimiento de un monstruo en una zona deprimida
de la España de los años 50, apenas salida de la miseria y ansiosa de noticias
fantásticas. Narrada a través de recortes de periódicos y notas de campo de un
supuesto experto.
En ‘A
contrapluma’, Óscar Daniel Salomón traza una hábil metáfora de la condición del
individuo en la sociedad. Su protagonista es un buitre que ha descubierto algo
que lo diferencia de los demás, pero, frente a la ñoñería de parábolas animales
al uso (la historia de superación personal ‘Juan Salvador Gaviota’, sin ir más
lejos), Salomón no esquiva los elementos más crudos del relato. Constantemente,
además, tenemos la impresión de que el cuento penetra en lo fantástico.
Por último,
Caros Martínez Córdoba nos narra en ‘Juzgado 11’ una historia que comienza
siendo infantil y acaba de forma dura y sórdida. En un colegio de una ciudad
cualquiera, un grupo de niños decide celebrar juicios entre ellos y a los
adultos para hacer justicia desde su particular punto de vista. Pero si hay un
juicio tiene que haber una sentencia y alguien encargado de ejecutarla. Poco a
poco, y de forma paulatinamente siniestra, el juego infantil del principio se
convierte en algo mucho más serio, una trama perversa cuya resolución solo
puede ser sangrienta.
“A contrapluma” – Óscar
Daniel Salomón (2002)
“Juzgado 11” – Carlos
Martínez Córdoba (2002)
“Las lágrimas de
Lorenzo” – Félix J. Palma (2002)
“Crónica del Niño
Sapo de Cascajar de los Montes” – Eugenio Sánchez Arrate (2002)
“Los cazadores de
nubes” – Ramón Muñoz (2002)
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